CINE ADOLESCENTE: ¡ADÁPTAME!
A lo largo de estos últimos años, hemos podido observar como el gran “boom” del cine adolescente hacía pensar a las productoras que podían adaptar casi cualquier libro -si es saga más que mejor- a la gran pantalla y con un tremendo éxito. Pero nada más lejos de la realidad, pues los fracasos superan en número a los éxitos por mucho que éstos sean mucho más fáciles de recordar.
Me atrevería a decir que todo comenzó con Harry Potter más que con El Señor de los Anillos, por mucho que ambas estrenaran su primera película en 2001, pues fue Harry Potter la que inició la moda de dividir la última entrega en dos partes. Desde ese momento y hasta la actualidad, cualquier saga cinematográfica adolescente que se precie imitará esto. Es comprensible que la pionera fuera dividida en Harry Potter y las reliquias de la muerte Parte 1 y Parte 2, pues el libro supera las 800 páginas y simplificar tal cantidad de acción en aproximadamente dos horas puede resultar tanto complicado para la productora como frustrante para los fans. ¿Pero qué excusa tienen el resto, las cuales no tienen que adaptar más que unas 300 páginas? Porque tras Harry Potter vino Crepúsculo (Amanecer Parte 1 y Parte 2), Los Juegos del Hambre (Sinsajo Parte 1 y Parte 2), Divergente (que al menos se preocupó por buscar algo más original que “Parte 1 y Parte 2” resultando en Divergente: Leal y Divergente: Ascendente) y El Hobbit, un caso algo más que exagerado, ya que aún tratándose de un único libro han estrenado ni más ni menos que tres películas. ¿No es eso pasarse un poco? Como dato curioso a ésto último, he de decir que no soy la única que opina de tal forma y que un fan de Tolkien ha recortado las tres películas en una sola pieza de cuatro horas a la que ha denominado El Hobbit: El montaje de Tolkien. Por último en lo referente a la división de los cierres de saga en dos, quiero añadir que de todos los últimos éxitos adolescentes en taquilla, la saga de El Corredor del Laberinto es la única -sí, la única- que ha decidido hacer una sola adaptación por libro y no alargar así su éxito más de la cuenta. Un aplauso para ellos por no sucumbir a ésta ya exasperante moda que parece que nunca va a terminar -aunque claro, ¿por qué iba a terminar si las productoras siguen embolsándose una gran cantidad de dinero con ello?-.
Todos conocemos e incluso hemos visto algunas -o la mayoría- de estas exitosas películas, pero también hemos empezado ya a olvidar los fracasos, olvidar a todas aquellas películas que querían imitar el éxito que consiguió Crepúsculo o el de Los Juegos del Hambre, pero que se chocaron sin más contra la taquilla antes de caer de bruces. La saga juvenil de vampiros creada por Richelle Mead, Vampire Academy, es uno de los ejemplos más claros; el estreno de la adaptación del primero de los seis libros de esta saga ya es considerado uno de los peores estrenos en taquilla de la historia. El filme no consiguió su objetivo de encandilar a las masas -a la masa juvenil en concreto- pero aún así los fans del libro intentaron que la adaptación del siguiente libro siguiera adelante y, como es habitual en estos casos, iniciaron una campaña de crowdfunding para la que recaudaron 860.000 euros, aunque el proyecto nunca siguió adelante. Tan siquiera voy a molestrarme en nombrar a Hermosas Criaturas para ponerla como ejemplo, porque le sucedió lo mismo que a Vampire Academy e incluso fracasó más todavía, apenas obteniendo una media de mil dólares por cada una de sus 320 copias que se llevaron al cine.
Otras dos franquicias que lo intentaron con todas sus fuerzas fueron The Host y Percy Jackson. Cualquiera pensaría que siendo Stephenie Meyer la autora y Crepúsculo habiendo sido un revuelo entre los adolescentes, The Host hubiera seguido el mismo modelo. Pero no fue así. Su falta de acogida entre el público no solo repercutió en que no habría dos películas más, sino que la propia Stephenie Meyer no va a escribir los dos libros que en un principio iban a continuar la historia presentada en The Host. Quizá fuera el planteamiento de ciencia ficción lo que llamaba la atención, pero fue su transformación en un dilema romántico que no se sabe si es un triángulo o cuadrilátero amoroso lo que no terminaba de cuajar entre la audiencia. Por otro lado, de Percy Jackson se llevaron al cine dos películas antes de tener que abortar con el resto de libros. En este caso sí parece más sencillo identificar el motivo que acabó con la saga: las películas tienen elementos muy infantiles que podrían ser los detonantes; aún así, estos elementos no llegan ni a parecerse a los de los libros, dirigidos a un público mucho más joven que el público al que van dirigidas las películas. Probablemente sea esta falta de correlación entre el público de los libros y de las películas lo que provocó que no se consiguiera ni una adaptación fiel para las audiencias infantiles ni una película suficientemente madura para adolescentes y adultos.
No solo en el cine se han llevado ya adaptaciones, la televisión ha hecho lo propio. De la triología Delirium se rodó un piloto que nunca se llegó a emitir, aunque se filtró meses después del anuncio de que la serie no seguiría adelante para que los fans pudieran lamentarse ante la idea que su saga favorita de libros jamás llegaría a sus televisores. Cazadores de Sombras también se llevó un batacazo en el cine, pero ha conseguido resurgir de sus cenizas y se convertirá en una serie que se estrenará a principios del 2016. Eso sí, con un casting totalmente nuevo y una renovación de cara para intentar alejarse de la película y evitar así comparaciones nada favorables. También se estrena casi al mismo tiempo Las Crónicas de Shannara, adaptación de la novela de Terry Brooks, Las Piedras Élficas de Shannara, novela de fantasía muy al estilo Tolkien, con magia, elfos y demás criaturas místicas. Ésta adaptación correrá a manos de MTV, hecho que hace a muchos desconfiar de cómo será llevada a cabo dicha adaptación a pesar que los tráilers hasta la fecha pintan pero que muy bien.
Todavía nos quedan muchas adaptaciones por ver en la gran pantalla; algunas ya tienen fecha de estreno, otras se están rodando o negociando con las productoras. Hay algunas que incluso aún están en fase de escritura del libro, porque seguro que aún nos queda mucho de esta moda de adaptar. Próximamente veremos en el cine nuevos filmes -generalmente distopías, por supuesto- y nuevos argumentos de todo tipo. Veremos los pasos de una invasión alienígena a través de los ojos de Cassie, una adolescente que llega a creer que es la última humana de la Tierra en La Quinta Ola; veremos a unos adolescentes luchar a muerte por el destino del planeta y de sus habitantes al estilo de Los Juegos del Hambre en Endgame, del consagrado autor de novela juvenil James Frey. También veremos la adaptación de un increíble libro que mezcla ciencia ficción con distopía, incluyendo las castas que clasifican a los ciudadanos a la antigua usanza de Un mundo feliz (Aldous Huxley) en Amanecer Rojo del nuevo escritor Pierce Brown. También veremos guerras entre ángeles oscuros y un triángulo romántico en Fallen, u Oscuros como se conoce en España. Y no solo eso, si no que Spielberg será el encargado de adaptar Ready Player One, una novela para los nostálgicos de los ochenta. En la novela, un videojuego de realidad virtual ha cambiado la concepción del mundo. El multimillonario creador de dicho juego ha escondido un más que cuantioso premio en algún lugar dentro del mundo virtual y, para descubrir su localización, los participantes del concurso deberán introducirse de lleno en la cultura de los años ochenta. Así, nos encontramos ante un libro que contiene más de un millar de referencias a la cultura de la época.
Y he aquí la gran pregunta: ¿llegaremos a un punto muerto en algún momento o seguiremos adaptando y adaptando sin descanso ya sin contemplar qué es aquello que estamos transportando al cine? ¿Sucederá como con Nicholas Sparks, quien ha estado llevando sus novelas a la gran pantalla desde 1999? El autor ya ha visto diez de sus obras en el cine. Y no serán las últimas. Los mismos pasos parece estar siguiendo John Green, autor de Bajo la Misma Estrella. Los adolescentes parecen no agotarse de ver libros convertidos en películas y mientras ésto siga siendo así tendremos adaptaciones de novelas juveniles durante mucho, mucho tiempo. Quizá todo esto acabe desbocando en lectores cansados de que las películas no sean fieles a los libros y en gente que no se preocupe en leer ya que con el tiempo podrán ver la película. ¿Quién sabe que nos deparará el futuro en este ámbito?
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