Desde que tengo memoria he tenido un sueño en mente: viajar, conocer, descubrir por mí misma otras formas de vida, otras culturas, el día a día de una chica de mi edad en la otra parte del mundo. Siempre he creído que sólo así puedes hacerte una idea de lo que realmente quieres en tu vida; comparar los valores y creencias que te han impuesto con otras completamente diferentes es la mejor forma de conocerte a ti mismo y de crecer. Sólo así consigues forjar una opinión crítica y personal. Estoy convencida.
Cuando llegué a la universidad y escuché hablar de las becas Erasmus no podía creer que fuese cierto. ¿Tener la oportunidad de vivir un año en otro país, aprender a defenderte en otro idioma, pasar del home sweet home a la aventura de la independencia? Vi mi sueño más cerca que nunca. Y la solicité. Supongo que podréis imaginaros la sonrisa que se dibujó en mi cara cuando supe que me la habían concedido.
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No estoy escribiendo esta reflexión para “aburriros” (creedme que sería de todo menos aburrido) con un resumen de mi experiencia Erasmus, pero sí me gustaría que entendieseis la grandísima oportunidad que se nos brinda – o brindaba – con una situación de este tipo; en un año he aprendido a vivir sola, a sacarme las castañas del fuego sin contar con el apoyo directo de mis padres y amigos, a interactuar en otro idioma con gente de todo tipo, a convivir con estudiantes de otras nacionalidades y darme cuenta del abismo que nos separa de otras culturas, a controlar mis gastos haciendo milagros con el dinero de la beca, a tener que tomar decisiones continuamente… en definitiva, he madurado. Ahora soy una persona diferente, curiosamente con unos valores bastante distintos a los que dejé aquí en Valencia antes de irme. He crecido como persona, puedo aseguraros que ahora me conozco mejor a mí misma y veo la vida de otra manera.
Y éste es sólo un testimonio de entre miles y miles de universitarios que, como yo, han podido disfrutar de una oportunidad Erasmus. Y todos y cada uno de ellos estarán de acuerdo conmigo en que ésta es una experiencia más que recomendable, yo diría casi obligatoria – ¡casi!, ante todo libertad –, para todos los estudiantes.– ni ésta ni la idea de libertad que acabo de mencionar, pues para poder gozar de libertad de elección habrá que tener opción a elegir, digo yo –, más bien parece que considera las becas Erasmus un gasto recortable incluso para aquellos alumnos a los que en este curso 20132014 ya se les había concedido la beca y, en teoría, tenían una cantidad de dinero asignada antes de acudir a sus destinos.
Personalmente considero que privar a los estudiantes de una oportunidad así – o concedérsela sólo a aquellos que puedan permitírsela económicamente – es dar un paso atrás en la sociedad, pues el futuro somos los jóvenes y ¿qué futuro nos espera si lo que habíamos conseguido hasta ahora se nos es arrebatado para continuar llenando los bolsillos de nuestros políticos? Estas desigualdades e injusticias deberían desaparecer, y con más razón en una época de crisis como ésta.
Ignoro si sois conocedores de toda la polémica que han suscitado estas y otras declaraciones del señor José Ignacio Wert acerca de los recortes en las becas Erasmus, y del efecto que han tenido en las redes sociales la respuesta a las mismas.
Me gustaría destacar el caso de una petición que hizo una estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual, Laura Zornoza, en la plataforma change.org, para que seáis conscientes del poder que tenemos y de que luchando se pueden conseguir nuestros sueños y objetivos. Laura proponía “salvar las becas Erasmus” y en pocos días logró reunir más de 200.000 firmas, aparecer en los medios de comunicación e incluso ser recibida por el Secretario General de Universidades para entregarle dichas firmas. Los resultados fueron más que positivos, y, dejándoos con una cita de Laura, os aliento a que luchéis siempre por aquello en lo que creéis, sin dejaros llevar por el miedo o por la aparente imposibilidad de realizar vuestro sueño, sea o no el de iros de Erasmus.
“Esta batalla se ha conseguido ganar; pero debemos seguir vigilantes ante lo que pueda suceder con el nuevo sistema Erasmus+ y la gestión del Gobierno Español de estas becas. Y que sigamos demostrando con acciones como esta petición que la unión y acción de los estudiantes puede provocar dar marcha atrás incluso a un gobierno.”
Seamos conscientes de nuestro poder y hagamos uso de él.
María López Quilis
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