En el año 2012 el ministro de
Educación, Deporte y Cultura presentó el primer borrador de lo que
sería la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad
Educativa), más conocida como la Ley Wert debido la polémica que ha
envuelto a esta nueva reforma educativa, a la que se le ha criticado
duramente desde la oposición, los sindicatos y las asociaciones de
padres y alumnos, debido a que las reformas amenazan la igualdad de
oportunidades entre los estos últimos, aumenta el ratio de
estudiantes en clase y disminuye el número de profesores, y debilita
la posición de las asignaturas de enriquecimiento personal como
filosofía, Educación para la Ciudadanía o Ética a favor de la
religión.
Tras el conocimiento público de
este borrador de ley, toda la comunidad educativa se puso en pie de
guerra contra la reforma del ministro. Padres, madres, profesores y
alumnos tomaron juntos las calles en infinidad de ocasiones. En
especial podríamos señalar los hechos ocurridos en Febrero de 2012
en Valencia, donde los estudiantes que se manifestaban pacíficamente
fueron víctimas de una brutal represión policial que dio lugar a la
ya famosa “Primavera Valenciana”, que generó una enorme ola de
solidaridad por parte de todos los alumnos de España.
Pese a esto el ministro no cedió y
le mantuvo el pulso a la comunidad educativa y finalmente en Octubre
del 2013 la LOMCE fue aprobada en el Parlamento con toda la oposición
en contra, que afirmó rápidamente que si en el futuro hubiese un
cambio de gobierno abolirían la reforma educativa.
Todo este breve repaso histórico de
las disputas entre el ministro Wert y la comunidad educativa nos
lleva hasta nuestro más reciente pasado, concretamente al 22 de
Octubre del 2013, el día en que se inicia la segunda huelga general
de la comunidad educativa, ahora agrupada en la llamada “Marea
Verde”.
El día transcurrió con normalidad
en las calles de Valencia, cosa distinta de lo que ocurrió en los
centros educativos valencianos ya que las aulas prácticamente
quedaron vacías. El Martes 22 de Octubre no se convocó ninguna
manifestación, sino que se organizaron charlas y asambleas
principalmente dirigidas por el Sindicato de Estudiantes, sindicato
mayoritario que suele organizar las movilizaciones de estudiantes,
para informar sobre los motivos de la huelga y organizar las
manifestaciones y actos estudiantiles de la huelga.
El día siguiente a las doce de la
mañana está convocada una manifestación de alumnos en la Avenida
Blasco Ibáñez, frente a la facultad de Historia. En poco tiempo la
avenida deja de ser un continuo lugar de tránsito de coches y
autobuses para dejar paso un grupo de entre mil quinientos y dos mil
manifestantes, cada uno con su pancarta contra el ministro o
simplemente con silbatos y otros instrumentos sonoros.
La manifestación fue pacífica y
fluida, en ningún momento se vieron actos violentos ni actitudes
extremistas. Acciones que diversos medios de comunicación utilizan
para desprestigiar los diversos movimientos ciudadanos que han
surgido con motivo de los recortes sociales.
Al día siguiente, el 24 de Octubre
era el día en el que se había convocado la huelga y la
manifestación de padres, madres, alumnos y profesores. Una
convocatoria que se esperaba que superara el seguimiento que había
tenido la del año anterior.
El inicio del día de huelga estuvo
marcado por la actuación de los piquetes informativos en las
universidades y algunas manifestaciones convocadas por los alumnos en
la calle Xàtiva y sus alrededores en el que se pudo ver algún
contenedor quemado en la calle, barricadas en las universidades y
algún momento de tensión con la Policía Nacional, que vigilaba de
cerca las actuaciones de los manifestantes.
El momento cúspide de la huelga
estudiantil llegó a las seis y media de la tarde aproximadamente,
hora en que se había convocado la manifestación en la céntrica
calle valenciana de Xàtiva. En cuestión de minutos la calle cerró
el paso a la circulación de vehículos habitual para dar paso a una
enorme marea de personas que lucían banderas, pancartas y camisetas
con un objetivo reivindicativo que inundaron el centro de Valencia en
pocos minutos.
El avance de la manifestación fue
largo e inconstante debido al enorme número de participantes, que
fueron alrededor de unos 70.000. Conforme la marcha iba avanzado, la
masa huelguista entonaba consignas como “La Educación Pública no
se vende, se defiende” o “La Educación es un derecho no un
negocio” entre otras muchas más que se iban cantando según el
sector de la manifestación, ya que en ella participaban diversas
formaciones políticas juveniles.
En general, la manifestación fue
una marcha pacífica hasta que la marea de personas llegó a la sede
de Bankia situada a poca distancia de la Plaza del Ayuntamiento. Fue
en este momento cuando se produjo mayor tensión, ya que un grupo de
manifestantes destrozó la puerta de cristal de la sede del banco
animados por el ensordecedor rugido de las masas enfurecidas por los
famosos escándalos de Bankia. De repente, los gritos de la
muchedumbre cambiaron el tono y todo el mundo empezó a correr en
todas direcciones.
Había llegado la Policía Nacional
para detener a los manifestantes con una pequeña carga inicial que
disuadiera a los manifestantes de seguir encarándose a la sede de
Bankia, cosa que tras un primer momento de tensión acabó cuajando y
la manifestación siguió su curso para acabar finalmente en las
cercanías del Corte Inglés de la avenida Colón, donde los
manifestantes empezaron ya, tras una marcha que abarcó toda la
tarde, a disolverse por las calles valencianas.
Así concluía la segunda
convocatoria de huelga general estudiantil en dos años. La LOMCE
finalmente ha sido aprobada, pero esto no supone el fin de las
manifestaciones y las huelgas en su contra. Se pueden hacer dos
cosas: esperar al cambio de gobierno que derogará la ley, o seguir
oponiéndonos a ella desde los institutos y las calles.
La lucha continúa…
José Ricardo Núñez
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