No te dejo que me dejes.

No te dejo que me dejes, no quiero que dejemos de ver Madrid desde la cama, ni quiero dejar de mirar al resto del mundo desde tu ventana. Sigue abrazándome por detrás, para que la gente que mire hacía arriba, se dé cuenta de lo insignificante que es por no tener a alguien como tú, por no ser yo contigo.


No te dejo que me dejes, no dejes que me suba allí arriba nadie más que tú. Aunque nadie puede hacerlo. Nadie puede meterme en la cabeza lo guapa que estoy después de un entrenamiento duro. Nadie que no seas tú.

No te dejo que me dejes, quiero que me encuentres en la misma calle de siempre y lo siento si llego tarde, ya sabes que la puntualidad no es lo mío.

No te dejo que me dejes, porque esto va para largo. Porque los test de amor están infravalorados. Por enamorarte otra vez. Por darte nuestros primeros momentos, como quien regala caramelos en la puerta de un colegio. Por verte sonreír como un niño. Por dormir abrazada a tu olor.

No te dejo que me dejes, ni dejo que me dejes ganar. Aunque solo sea un juego. Aunque te enfade perder y te flipe verme ganar. Aunque te encante verme retorcer de rabia, con la goma de tus pantalones rodeando mi cadera, como a ti te encantaba.

No te dejo que me dejes, no dejes de mirarme a los ojos fijamente, ni dejes de besarme, mientras tus manos aprietan mi mandíbula, como si no quisieras alejarme de ti nunca.

No te dejo que me dejes, ni que me dejes dejarte. Dime que es injusto y que la gente es idiota. Cállame a besos para que no te grite todo lo que llevo dentro. Convénceme con lo primero que se te venga a la cabeza. Hazme prometer que olvidaré todo.

No dejes que no te deje, porque sería injusto. Porque te dejo sin querer dejarte.

Porque no me queda otra.

Porque no me has dejado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario