“Eliminando fronteras: la literatura para niños y jóvenes como descubrimiento de la otredad”


Xelo Santonja Ricart es profesora de lengua inglesa en el instituto Ramon Muntaner de Xirivella. Realiza estudios de doctorado sobre literatura infantil y juvenil en el departamento de Didàctica de la Llengua i la Literatura de la UAB. Este año presenta su tesis sobre la tradición y modernidad en la literatura infantil y juvenil nicaragüense desde 1960 hasta la actualidad.

Una mañana una balsa arriba a una isla. En ella llega un extranjero al que los habitantes acogen por sentido de hospitalidad y que altera el equilibrio de sus vidas. Su particular percepción del recién llegado y la acogida que le brindan quedarán paso a paso cuestionadas por las imágenes del libro que amplían, contradicen el texto y desconciertan al lector que acaba desconfiando del propio narrador y de los personajes. La desproporción entre las dimensiones de los habitantes y el extranjero y la cruda blancura de unas páginas sobre la que se recortan ilustraciones de trazos expresionistas, subrayan la desvalida desnudez del recién llegado a quien terminan devolviendo al mar abandonado a su suerte.

Así que lo acogieron”


  La historia a la que nos referimos pertenece al libro-álbum La isla (2003) de Armin Greder que plantea una interesante reflexión en torno a la otredad y la degradación moral que provoca el miedo ante lo desconocido: la exclusión del diferente, la construcción de barreras y la crueldad implacable de una sociedad incapaz de empatizar con la soledad y sufrimiento ajeno.
La isla, como tantos otros libros-álbum, representa un ejemplo de cómo la literatura para niños y jóvenes es reflejo de los cambios que experimenta la sociedad y puede convertirse en un espacio valioso de reflexión en torno a temas incómodos habitualmente excluidos de las lecturas infantiles que han de ser presentados a las nuevas generaciones.
El impacto de la crisis económica, el drama humano de las migraciones por causa de las guerras, la pobreza y el cambio climático; las necesidades de una sociedad multicultural que nos fuerza a compartir espacios y el impacto de las nuevas tecnologías - no sólo en las escuelas e institutos sino en el modo como estructuramos el pensamiento- exigen una literatura compleja y transgresora que se haga eco de los cambios y que sea capaz de proponer nuevos horizontes: libros que reflejen las nuevas tipologías familiares (Rey y Rey, Voces en el parque); que propongan nuevos modelos masculinos y femeninos (Willy el campeón); álbumes que reflexionen sobre la guerra desde nuevas perspectivas (Rosa Blanca, El enemigo, Los conquistadores); sobre la resolución de conflictos y el descubrimiento de la alteridad (Dos monstruos, Tres monstruos); sobre la niñez en el primer y tercer mundo a través del fascinante viaje de un juguete (El soldadito de plomo), etc.
Sólo la literatura más audaz puede ofrecer lecturas que permitan explorar otros caminos posibles y romper las barreras de nuestra sociedad de confort. Libros para niños y jóvenes que fuercen los límites de las convenciones literarias incorporando el código visual de manera novedosa y para los que debemos encontrar espacio en las aulas de nuestro cada vez más complejo contexto escolar. Nuevos formatos como el libro-álbum o el álbum ilustrado que consiguen romper con las técnicas literarias tradicionales dando el salto a una lectura polisémica a través de la cual la imagen y la palabra colaboran de manera transgresora dialogando, planteando historias simultáneas que pueden contradecirse y donde el lector es forzado a realizar una lectura activa. Como en el caso de La Isla de Greder donde la lectura de las imágenes y el texto obligaban al lector a estar atento y sacar sus propias conclusiones para construir la historia. En suma, que formen un lector autónomo.
Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de literatura infantil y juvenil y por qué es tan necesaria su presencia en el panorama social y literario?
La mera existencia de una literatura dirigida exclusivamente a las generaciones más jóvenes supone un signo de madurez social que surgió en Europa a partir del s. XVIII en el contexto de la revolución industrial. Las reivindicaciones sociales dotaron por vez primera de estatus a la figura del infante reconociéndole derechos propios y necesidades formativas específicas. Hasta ese momento, el caudal de la literatura oral del folklore había asumido una función educativa y socializadora que le permitió el acceso al sistema de referentes culturales y literarios que la mayoría recibía en el ámbito doméstico de manera informal. Hubo que esperar hasta la segunda mitad del s. XX con las transformaciones sociales tras la segunda guerra mundial, para asistir al nacimiento de una literatura infantil y juvenil enmarcada ya en unos parámetros plenamente modernos. Con ella aumenta el público lector gracias al acceso generalizado al sistema escolar y surge la concepción del libro como bien de consumo. La entrada del público infantil al circuito literario empieza a definir su perfil lector. Sus demandas van modelando los temas y rasgos formales de una literatura creada específicamente para ellos y que gana poco a poco en complejidad.
Parte de esta complejidad reside, precisamente, en el delicado equilibrio de su doble función: una función educativa y lúdica al mismo tiempo que la convierten en herramienta de transmisión de valores y fuente de placer estético. Los libros que ofrecemos al público juvenil dicen mucho de la idea que tenemos de las jóvenes generaciones, de lo que esperamos de ellos y del grado de autonomía que deseamos que adquieran.
En el contexto social y escolar actual en el que nos encontramos inmersos, la lectura es un medio extremadamente valioso para formar lectores multiculturales capaces de conectar con la otredad y ampliar las fronteras de su mundo conocido. En este sentido, se convierte en un arma eficaz contra el totalitarismo y el mono paradigma cultural. La complejidad que permiten los parámetros transgresores de los álbumes ilustrados promueven el espíritu crítico y forman lectores capaces de enfrentarse a otras miradas posibles. Ver a través de ojos que no son los nuestros. Cerremos el círculo.
Si La isla planteaba el encuentro con el otro desde el punto de vista de la sociedad de “acogida”, álbumes sin palabras como Emigrantes (2006) de Shaun Taun, nos ofrecen historias de emigración desde el ángulo del desplazado. El desarraigo y las barreras culturales y lingüísticas quedan plasmadas a través de una propuesta casi cinematográfica y simbólica donde el sentimiento de desubicación adopta la forma de una criatura fantástica que acompaña al recién llegado en su p roceso de aclimatación. Historias de migración dentro de otras historias salpicadas de guerras y tristeza cuyo denominador común es el drama personal y la soledad y que el libro consigue reconciliar a través de la solidaridad entre desplazados y la reunificación familiar. La estructura circular del álbum plantea una historia sin fin que se cierra con la imagen de la niña emigrante orientando a una recién llegada que inicia a su vez su periplo en un mundo extraño.
El formato de álbumes como La isla de Armin Greder, Emigrantes de Shaun Taun, 70 millas hasta el paraíso de Robert Klement o el brillante El soldadito de plomo de J. Müller, ofrece la oportunidad de realizar una lectura compartida y reflexiva que ha de ser imprescindible en nuestras aulas y que ayuda a tender puentes y reflexionar sobre temas tan complejos como la guerra, el desarraigo, la emigración o la muerte. El código visual facilita la construcción del sentido (incluso cuando existe ausencia total de texto escrito) y pone las bases para un nuevo concepto de lectura que debe dar respuesta a las necesidades y desafíos propios de una sociedad del s. XXI.

Libros álbumes sugeridos
  • McKee, David. Dos monstruos. Ed. Anaya, 2007.
  • McKee, David. Tres monstruos. Ed. Ekaré, 2011.
  • Cali, D. Bloch, S. El enemigo, S.M, 2008.
  • Sis, P. Madlenka. Ed. Lumen,
  • Greder, Armin. La isla. Ed. Lóguez, 2002
  • Taun, Shaun. Emigrantes. Bárbara Fiore ed. 2010.
  • Klement, Robert. 70 millas hasta el paraíso. Tatatuka, 2010.
  • Müller, J. El soldadito de plomo. Lóguez,
  • Sís, P. Madlenka. Lumen, 2002.
  • Buitrago, J&Yochteg, R. Eloísa y los bichos. El jinete azul Ed. 2012.


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